



FAJA DE LAS FLORES/CAÑON DE AÑISCLO

El Valle de Ordesa propiamente dicho es un espectacular valle glaciar, con una marcada forma de «U», situado al Suroeste del Macizo del Monte Perdido, por cuyo fondo el río Arazas va descendiendo en una sucesión de bellas cascadas. Desde la que inicia el valle, en el Circo de Soaso, conocida como la «Cola de Caballo», y que se abre en un abanico blanco que se desliza roca abajo, pasando por las Gradas de Soaso, una sucesión de múltiples cascadas escalonadas, hasta las cascadas del Estrecho y la Cueva, enormes saltos de agua que han labrado toboganes zigzagueantes en la roca caliza.
La Faja de las Flores. En las paredes verticales del valle, producidas por la diferente dureza de las capas rocosas puestas al descubierto por la acción del antiguo glaciar, se abren varias «fajas», pequeñas cornisas horizontales que permiten recorrer el valle en altura por vertiginosas y estrechas sendas. De ellas destacan la Senda de Cazadores, que llega a tener 600 m de desnivel respecto al fondo y que permite recorrer a vista de pájaro prácticamente todo el valle por su vertiente sur, y la Faja de las Flores, más alta y vertiginosa en la vertiente norte.
El cañón de Añisclo o del río Bellos se sitúa en el Pirineo de Huesca, comunidad autónoma de Aragón, España, al sur del macizo de Monte Perdido, discurriendo rectilíneamente en dirección Sur durante más de 10 km, desde el Circo de Añisclo a los pies del mismo Monte Perdido, hasta la confluencia con el valle del río Aso.
Se trata de un impresionante valle, que en su cabecera tiene un circo glaciar, pero que posteriormente se encajona en un profundo cañón, fruto de la acción kárstica del agua del río sobre la roca caliza, en una sucesión de bellos toboganes y cascadas, entre los que hay que reseñar la Fuen Blanca o Fon Blanca, un nacimiento en la pared vertical del Pico de Añisclo (o Soum de Ramond) que se desploma verticalmente sobre el valle. En los sitios en los que el terreno y la altura permiten el crecimiento de vegetación, la gran humedad y la casi permanente sombra del profundo cañón, producen tupidos bosques como la Selva Plana.
